La Liebre

Iba apurada a todos lados 
quería llegar como si eso importará
vivía tan rápido pensando en el más allá
viviendo en el futuro sin estar por acá

Como una chita fue tan deprisa
sin tomar en cuenta ni su sonrisa
algunas veces en soledad
otras tantas de una forma muy fugaz

Cuenta la historia qué así reaccionaba
como una liebre siempre bien apurada
desde pequeña soñaba y soñaba
llegar rápido quien sabe el lugar que anhelaba

Un día se dio cuenta que llegar rápido no le aseguraba
la felicidad que tanto buscaba
no importa que tan veloz sea el paso
lo valioso es caminar bien despacio
saboreando con calma y sin ansiedad
disfrutando la pausa que nos da la libertad


Autoexigencia que vienes a mostrarme.

Como les conté en la primera parte de mi blog quiero escribir para nosotras: las mujeres. Si sienten que en algo no se identifican las invito a que lo comenten, voy a generalizar pero quiero escuchar muchas voces y que construyamos juntas este espacio.

No se si a ustedes les pasa pero mis estándares son altos, quiero poder con todo y hacerlo de la mejor manera: casa, trabajo, hijas, amor, estudios, amistad, salud, ocio, etc. Me exijo y siempre quiero más. Quiero más de mí, quiero más de mi entorno, quiero más y mejores resultados, quiero renovados desafíos, más, más y más, como si nada de lo que hiciera alcanza. Y cuando quiero todo esto, cuanto antes, ya debería haberlo logrado…  

Cuando llegué a algún lugar sin dudarlo y sin descanso  voy por la siguiente meta, como si esto se tratará de una carrera de postas, cambio la camiseta y sigo corriendo sin parar, sin darle la posta a alguien más, sin tomar distancia para descansar y disfrutar del recorrido. 

El placer por el puro placer tiene poco lugar en la rutina, todo tiene un fin, un para que, un resultado esperado, objetivo que luego será medido con mi dura vara porque nunca alcanza para sentir que ahora sí por fin es tiempo de disfrutar del paisaje.

¿Les paso? ¿A quién será que buscamos impresionar?. ¿Quién buscamos que nos mire, que nos apruebe?. ¿Los estándares de quién son?. ¿En que se fundamentan para ser tan exigentes?. ¿Qué es lo que realmente estamos buscando?. Te leo.   

2 respuestas a “La Liebre”

  1. Cuando fui exigente para impresionar me sentí incompleta, pero cuando la exigencia era por un conocimiento personal, fui feliz, plena y con ánimo para superarme y ayudar a otros.

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    1. Que poderosa reflexión y toma de consciencia. Muchas gracias Noris

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